dimarts, 29 de març del 2011

DUATLÓ D'IGUALADA

Feliz por volver a la competición después de más de 3 meses, feliz por estrenar el nuevo traje del equipo, feliz por recuperar un buen nivel corriendo, feliz por aguantar el fuerte ritmo en bici en momentos puntuales, feliz por disfrutar sufriendo, feliz por correr codo a codo con mi primo Ferran y por su carrera inteligente que se pegó.

Domingo nos fuimos a Igualada junto con Olivia que también corría y Carles que iba de pomponero esta vez. El inicio de día fue duro, con una hora menos por el cambio horario, encima levantándome antes de hora, y una fuerte tormenta cuando empezábamos el viaje. Por suerte, al llegar a Igualada ya había parado y el sol apareció poco a poco.

Calenté un poco, un par de vueltas a las pistas de atletismo, y para la línea de salida. Un minuto de silencio por un compañero triatleta y juez que nos dejó, y empiezo a ver gente corriendo y yo sin darme cuenta de que se había dado la salida. Empecé cómo hago últimamente en los duatlones, salida conservadora, intentando no pasarme de vueltas para que no pinchara antes de tiempo, para poco a poco encontrar mi ritmo y ir recuperando algunas posiciones. La primera vuelta muy bien, aunque el primer objetivo se me escapó unos metros y no forcé para seguirlo. La segunda vuelta me quedé con una chica del Reus, en las subidas empecé a pasarlo mal y iba un poco más lentos que en la primera, pero en las rectas y bajadas recuperaba y llegamos a la primera transición. Ferran me ganó unos metros en la primera vuelta que no llegué a recortar, y en la segunda ya lo perdí de vista, aguantó muy bien el ritmo a diferencia de muchos novatos (y también veteranos).

Subí a la bici sin calzarme las zapatillas para poder ganar algunos puestos, y la primera subidita me costó bastante, luego me enganché a uno y ya pude colocar bien los pies. En esto que nos adelanta uno con un fuerte hachazo, y intento saltar a por él, el inicio fue duro y no conseguía acabar de llegar, suerte que el ritmo inicial no lo pudo aguantar y después de unos cuantos bandazos a lado y lado del carril, conseguí engancharme. El tío iba muy fuerte, y siguiéndolo nos merendamos a unos cuantos por el camino, unos pocos pudieron seguir el ritmo, y así se empezó a formar un grupo interesante. A pesar de ir a rueda, pasé algunos momentos complicados en alguna pequeña subida, y al final el tío consiguió marcharse junto con dos más que no tardarían en quedarse también. El resto continuamos, todo lo fuertes que podíamos, provocando algunos cortes detrás. Ahí se nos unió Ferran, que me sorprendió con un buen nivel de bici en su primer duatlón de carretera individual (había hecho alguno de montaña y un contrareloj), y fuimos juntos el resto de carrera. La vuelta a Igualada fue mucho más tranquila, aunque no lenta, y se nos unió algún ciclista fuerte que venía desde atrás, como mi compañero de equipo Francesc, llegando a la T2 con un buen pelotón. Me encantan estos parciales de bici tan trabajados.

Intenté una transición rápida, y empecé a correr con bastantes buenas sensaciones, unos 10 segundos más lento que en la primera carrera a pie, pero aguantando el mismo ritmo hasta el final, eso si, sin opción a esprintar. Acabé con un tiempo de 1h13, y segundo de mi equipo.

Al final, tercera transición con bolsa de regalos, avituallamiento con bocata de butifarra, plato de ensalada de garbanzos, vaso de caldo y algunos caracoles. La carrera me hizo entrar hambre, y me sentó divino. Vuelta a Sabadell, con algunos metros en la piscina, bañera de hidromasaje, sauna y, después de comer, una merecidísima siesta.